Hasta hace tres meses, cuando el mundo no estaba sumergido en la pandemia del coronavirus, conseguir un gramo de cocaína en las calles de París costaba 60 euros, cerca de 250 mil pesos colombianos.
Pero, según la Oficina Antinarcóticos Francesa (OFAST), el confinamiento disparó el precio del alcaloide hasta 100 euros el gramo, y llevó a organizaciones mafiosas a cambiar su dinámica.
Según datos de voceros de esa oficina, que han reproducido diarios como Le Figaro, “todos los canales a través de los cuales los narcotraficantes suministran la droga se han reducido considerablemente o cerrado por completo”.
Esto los ha obligado a establecer entregas a domicilio en las madrugadas para pedidos de más de 100 euros, haciéndole el quite a los controles impuestos por las autoridades y a la propia cuarentena.
El informe OFAST también señala que las mulas de la cocaína ya no están llegando, por la cancelación de vuelos, al igual que los alijos distribuidos en lanchas rápidas. Igual sucede con el cannabis que llega desde Marruecos y España.
Sin embargo, la incautación de 3 toneladas de coca en el puerto de Marsella, a principios de abril, confirma que aún hay contenedores marítimos con cargamentos que llegan desde Sur América.
La OFAST pudo cuantificar con precisión el aumento de los precios.
"En Lyon los precios están experimentando un aumento significativo: el hachís en semi-mayorista aumentó un 40 por ciento; de 2.500 a 3.500 euros por kilogramo; la cocaína minorista ha aumentado un 66 por ciento, pasando de 60 a 100 euros el gramo. Pero en algunos lugares, como Saône-et-Loire, el precio del cannabis se ha más que duplicado a 100 euros por 10 gramos", aseguran las autoridades francesas.
"Las regiones fronterizas cercanas a España o los Países Bajos todavía se abastecen fácilmente de narcóticos y los precios se han mantenido estables", señala OFAST.
Según la OFAST, el transporte de drogas por vía marítima persiste. Se han logrado rastrear e interceptar cargas que iban rumbo a territorio europeo como 4.3 toneladas en preparación de Colombia, 2.5 toneladas interceptadas en Costa Rica, 1.9 toneladas en El Salvador y 766 kilos en Brasil.
La estrategia italiana
En Italia, por otro lado, la mafia está desplegando una estrategia para afianzar mercados. La Policía asegura que capos están repartiendo mercados y ayudas económicas a comunidades de bajos ingresos con el propósito de ganar control en algunas zonas y reclutar jóvenes para la distribución de los cargamentos.
El fenómeno se registra en el sur del país, uno de los más golpeados por la pandemia.
Según el diario local La Repubblica, el hermano de un jefe de la mafia siciliana fue visto repartiendo alimentos en distintos barrios de ese país.